Entre tú y yo
Se han venido a interponer entre nosotros y estas ganas locas de querernos, esta agonía por comernos a besos, la nostalgia de pasados fortuítos, las luces de ciudades que nos añoran y un lugar llamado hogar que espera impaciente el regreso de nuestras almas cogidas de la mano. Nos han mirado los relojes de frente, enojados y de mala gana, por malgastar el poco tiempo que nos regalan, por dejar a la tristeza robar protagonismo, ilusión, ganas, caricias en la playa, y acabar en este estúpido lugar entre la soledad y la indiferencia, este lugar al que llamamos amistad. Si tuviera que justificarnos ante ellos, diría que nos pusimos límites, que quisimos acotar la libertad, ponerle barreras al abismo, dejar de lado las inconcreciones y sentir que estábamos haciendo algo por esta estúpida verdad. Si tuviera que explicarle al mundo que da igual cuántos febreros se arruinen pensando que volverás a mi puerta, creyendo que al girar la esquina reflejos de tu sol ilum