Cosas que pasan

Ha pasado tanto tiempo
entre tus luces,
las sombras de la calle,
lo titiriteros en la puerta
esperando limosnas
y la curva de tu espalda
hasta las cicatrices de tus gemelos.

Ha pasado solo un instante
desde que te vi pasar,
se cerró mi alma
intentando a medias
no dejarte entrar,
error garrafal,
fallo estrepitoso contra el sofá.

Han pasado lustros,
o a mí me lo parecen,
desde el adiós que todo lo cura,
que todo lo esconde
sin saber qué viene detrás,
la congoja y el miedo,
las lágrimas al borde de ataques de nervios.

Han pasado horas, días,
semanas o meses,
difusos por el velo del tiempo,
los aclara el calendario sentencioso,
puntualiza instantes congelados,
acentúa claroscuros anidados,
de felicidad amagos.

Ha pasado tan poco
y tanto a la vez,
desde el roce de tus dedos
resonando en mi palidez,
que he querido perderme
en sueños y recuerdos
por si allí te vuelvo a ver.

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