Hacerlo todo

Escribe cada paso,
cada ritmo,
cada instante.
Llena de tinta
cada poro de la piel
del ser amado.

No temas,
no huyas.
Inquietante.
Deja que vuelen
las plumas al son
del fuego avivado.

Ama, quizás,
con certeza descomunal,
apabuyante.
Lánzate al vacío
sin salvaguarda,
confía en lo pactado.

Escribe,
pero no escribas nada.
Vocaliza las palabras,
suave y lento,
contra las puertas de tu perdición,
de nuestro infierno.

Teme,
pero no temas nada.
Recorre con sigilo
los caminos que conectan
mis manos,
tu sonrisa
y nuestros ojos.

Ama en esta ciudad,
anodina y gris.
Busca rincones
para encuentros fugitivos
de postales imaginarias,
de tu locura contigo.

Hazlo todo,
hazlo deprisa,
hazlo despacio.
Busca en cada encuentro
un motivo de reunión,
una absurda compenetración,
un beso en una estación.

Venías a por consejo,
venías por la luz,
quizás un destello.
La moraleja es,
querido amigo,
toma el amor de abrigo
y haz lo que quieras, pero conmigo.

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