Poema II. Sobre los descubrimientos.

Suena en el ambiente
la rancia melodía de tu nombre,
tal vez espera volver a encontrarte
igual que te conocía yo.

Sonaba en mi cabeza
ese ruido de nosotros que no calla,
esos dos bandos,
del contigo o sin ti,
de mi sangre a cada instante,
de tu escarcha y tu actitud.

Siento que me quema
tu presencia inexistente,
en las cosas que quedan
tras la lucha sin cuartel.

Sentía entre mis dedos
algo turbio que no podía ver,
ese matiz que no mostrabas,
ese fingido interés
sobre las cosas más pequeñas,
o quizás sobre el mundo al revés.

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