Pérdidas

Quiero crear en el mundo mensajes en clave de luz, que dominen el paisaje por su ausencia, que nos atrapen en mundos paralelos discordantes para comer los besos de quien no llega a perderse.
Es tanta mi utopía que no entiendo ni mi paradero ni mi meta, por ansias de correr descaradamenta a otra parte o por contra de ser quietud plena en un lugar que no conozco y dudo de necesidad. Es tanta que me quema las entrañas con fuego de clamores alegóricos que se funden en mi horizonte, que me nublan la mirada intentando confundirme con tentaciones propias de un iluso soñador que pasea en las noches de verano, que se pierde en las estrellas porque el mundo no le parece suficiente.

He querido crear, en mi pequeño mundo paralelo, un espacio acotado que se divide en mi memoria y se asemeja a un palacio señorial, sin fin en mi paseo, sin necesidad de ser un esclavo más de las dimensiones dadas, de las vistas regaladas antes de un despertar, de un último vistazo a un sueño que se acaba. A veces me creo el observador, el condenado bajo ojos invidibles que me arrastran a momentos diferentes a los que quiere mi alma. A veces soy verdugo, y me sentencio a las cadenas que no me dan tregua, que me asfixian. A veces soy el público, veo el espectáculo de mi muerte desde fuera con cierto morbo social que se irisa en los mordiscos de los segundos que me quedan.

Sé que querré llegar a ser eterea, a extender unas alas que no percibo en ninguna parte mas que en mi mente misma. No me creo en posesión de una idea, no me creo en mí.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perder lo imperdible

Poema VII. Sobre la momentaneidad de los tiempos

Al silencio