Ser
Son los vientos de tu boca, los que me llevan a perderme en bosques rosado y ríos de sangre fresca, en las sábanas tendidas que mueve el viento, que nos sirven de escondite, que nos refugian de miradas y de palabras incoherentes. Son las olas de tus manos, recorriendo mi cuerpo sin tocarlo y sin quererlo, inocentes y fallidas, me llevan a encontrarme en la luz de la inocencia y la calma clamorosa de un amor que no se aguanta. Son las dudas bailarinas inquietantes, que me cesan y me censuran a cada paso, que me animan y me pausan, que alteran y me destronan de ese pedestal, tuyo de piedra y mio de hielo, fuego en el encuentro. Son las palabras que nos unen a quemarropa y sin saberlo, o queriendo y descarado, desafiantes al mañana en un intento apasionado de comernos a besos.