Sesion VII: La negación de lo inesperado

Uno espera la negación de quien le ha negado antes. Uno espera la negación de quien sospecha. Incluso la espera de quien es receloso del cariño desinteresado. Pero nunca espera la negación de quien más quiere, de quien ha observado como apoyo único e incomparable.

Cuando se vuelve ese pilar y se derrumba, te queda un hueco que llena la duda y el pesar y que se antoja incomprensible. Es más, cuando afirman lo absurdamente incierto, empiezas a reconstruir en tu cabeza todo aquello que has hecho intentando comprender el qué causa eso, si eres tú o es él, o la circunstancia o una mera coincidencia. Empiezo a entender que no todo es culpa mia quizás y que hay cosas que por muy bien que lo hagas se tuercen.

He empezado a creer también que lo que está para ti...nunca se va. Las coincidencias no existen y cuando vuelven a ti por mucho que pasa, te da que pensar en que quizás todos esos esquemas mentales que uno se hace de cómo será tu vida, de pronto un día la vida cambia de rumbo y es sólo el destino lo que sabe lo que te esperará.

En cualquier caso, dejemos que el destino decida su propio cauce.

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