Todos

Todos somos hijos
del fuego
y del hiel,
de las mentiras,
de la luz
y de la miel.

Todos amamos el fuego
cuerpo a cuerpo,
con las mentes
en la lumbre,
serenados los labios
con besos hirientes.

Todos odiamos
y tememos a la par,
maldecimos los sonidos,
los dejamos ir,
ignorados los caprichos
en lo amargo perdidos.

Todo odio,
todo engaño,
todo fuego del azar.
Todos siempre,
nada nunca,
en el juego de amar.

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